Hace 20 años debutó el Mercedes-Benz de los utilitarios
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Varias publicaciones especializadas han querido recordar uno de los momentos más estelares en la historia contemporánea de la empresa automotriz alemana Daimler-Benz, al cumplirse 20 años del lanzamiento de su modelo Clase M, que – además de significar el ingreso en un segmento de mercado hasta entonces impropio para la marca – también significó el desarrollo de actividades industriales en suelo norteamericano.
El Clase M, creado bajo el código interno W-193, fue una propuesta desarrollada por Mercedes-Benz en EEUU para el entonces creciente mercado de las camionetas deportivas utilitarias (SUV’s por sus siglas en inglés) y su llegada fue definida por los medios como un acto de valentía al significar el ingreso a un segmento de mercado que hasta entonces no había sido ocupado por ninguna marca premium.
Mercedes-Benz supo añadir morbo y curiosidad al lanzamiento de su novedosa propuesta al hacer combinar la premiére mundial con su presencia en un muy celebrado film cinematográfico para ese momento, Jurassic Park, para el cual se preparó una versión especialmente equipada del modelo que, sin embargo, no ocultaba bajo las modificaciones los rasgos que tendría el modelo de serie.
A fin de producir el Clase M, Mercedes-Benz habilitó una facilidad fabril en Alabama, EEUU, que abastecería el mercado interno y también el de exportación, incluyendo el europeo. Sin embargo la inesperada demanda en el Viejo Continente hizo habilitar la producción del vehículo en Austria, junto a los rústicos de Clase G, entre 1999 y 2002.
El Clase M se produjo inicialmente como el ML320 con el mismo motor de seis cilindros del E320. Más tarde se introdujo una versión de cuatro cilindros, denominada ML230 y con el tiempo, dependiendo del mercado, llegaron versiones con diferentes ofertas mecánicas, en gasolina y diesel.
La intención del ML era participar en el creciente segmento de las SUV, estrenado por el Jeep Cherokee XJ en 1984. El éxito de ese producto llevó a todas las marcas generalistas, especialmente las japonesas, a presentar propuestas, pero hasta que llegó el ML320 nunca eso había ocurrido con las marcas premium. El producto en sí fue un éxito comercial, a pesar de que las publicaciones especializadas denunciaron que su nivel de rendimiento y desempeño se parecía más al de los productos con los que pretendía competir, que a los esperados en un vehículo con una marca premium.
Ello cambió con las sucesivas generaciones del Clase M, sobre todo porque el modelo original llevó a BMW a presentar un competidor en el X5 y, varios años más tarde, a que Porsche hiciera lo mismo con el Cayenne. Para entonces ya el ML no pretendía competir ni con el Cherokee, ni con el Grand Cherokee, ni con el 4Runner, ni con el Pathfinder, ni con tantos otros productos de la liga SUV, sino que competía en su propio segmento contra las marcas rivales de siempre y ello le permitió tener una identidad mucho más vinculada con lo que se espera de una marca como Mercedes-Benz. (Flash del Motor).