Se cumple otro aniversario de una marca que se muere…
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Medios especializados han recurrido a sus canales digitales para recordar una vez más a la gloriosa marca automotriz italiana Lancia, en ocasión de cumplirse ayer 111 años de su fundación el 29 de noviembre de 1906.
Creada por el emprendedor turinés Vincenzo Lancia en sociedad con el empresario Claudio Frogolin, la empresa ocupó los espacios fabriles que hasta entonces fueron propiedad de la famosa firma automotriz Itala, que había construido el carro con el cual el Príncipe Borghese había ganado el rally más largo del mundo, entre París y Pekín poco antes.
Vincenzo Lancia había sido un prominente piloto en esos años nóveles del automóvil y se había destacado con vehículos Fiat, decidiendo abandonar la actividad deportiva para concentrarse en el área industrial. Curiosamente, ambos socios mantuvieron sus trabajos corporativos en Fiat, dedicándose a su naciente empresa a tiempo parcial.
El primer Lancia debutó en el “Salón del Automóvil de Turín” a inicios de 1908 y fue llamado Alfa, respetando el deseo del empresario de usar el alfabeto griego al identificar cada nuevo modelo.
El segundo Lancia recibió la denominación Beta y reemplazó al Alfa, pero su producción se mantuvo en niveles muy artesanales. El tercer modelo, el Gamma, ofreció prestaciones más ambiciosas y sintetizó el avance de la empresa, siempre buscando mejorar la prestancia de sus productos y la calidad de prestación.
Para cuando Lancia ofreció su sexto modelo, denominado Theta (zeta, en español), ya de su factoría en Turín habían salido casi 3.000 autos. Pero ya 1918 el estallido de la IGuerra Mundial había hecho cambiar las cosas en consecuencia con la obvia recesión económica y la caída de las ventas en hasta un 25%.
Tras la guerra, las operaciones de Lancia se recuperaron y la producción se estabilizó en torno a los mil carros anuales. El artífice de esto fue el Lancia Lambda, que fue el primer auto del mundo en llevar una carrocería de tipo autoportante. Sus sucesores, el Artena y el Astura, muy elogiados por los clientes de clase pudiente, también se vendieron bastante bien y permitieron a la empresa masificar notablemente su producción a partir de los años ’30.
La introducción de nuevos modelos de clase media y media-alta en los años ’30 y ’40 respetó la tradición de Lancia en cuanto a mantenerse al más alto nivel en lo que respecta a desarrollo de tecnología de vanguardia y de alto rendimiento. Esa bandera tecnológica fue mantenida por Gianni Lancia, hijo de Vincenzo, que tomará el control de la empresa en los años de la II Guerra Mundial.
Tras la guerra y gracias a la visión dinámica de Gianni Lancia, la empresa alcanzó nuevos niveles de prestigio, ofreciendo máquinas con singulares características de ingeniería que además mostraban notables cualidades en términos de rendimiento dinámico, diseño, estilo y calidad constructiva.
Una fecha importante en la historia de Lancia es el año de 1969, cuando la familia cedió la empresa al Grupo Fiat, que la convirtió en su marca de lujo respetando en principio la filosofía creada por Vincenzo y Gianni Lancia en torno a la innovación, la calidad, y las buenas prestaciones. Sin embargo con el tiempo el proceso de renovación de gama fue recurriendo cada vez más a la creación de clones mejorados de Fiat, haciendo que la marca perdiese paulatinamente su celebrada identidad individual y ello, en consecuencia, fue menoscabando el respeto que le dispensaban los compradores.
Además de especializarse en la hechura de autos sofisticados, fiables y de gran rendimiento, Lancia tuvo una presencia memorable en el deporte, en carreras de autos GT en los años ’50 y también en la Fórmula 1, en 1955, cuando se creó un carro capaz de ganar el título mundial al año siguiente bajo la tutela de Ferrari. Más tarde la marca se estableció en el rallismo y con los Fulvia primero y los Stratos después escribió páginas de oro en el Campeonato Mundial, el Campeonato de Europa y en varios campeonatos nacionales. También la marca volvió a las carreras de prototipos en los años ’80, cuando se retomó su histórica vinculación con Ferrari, que suministró los motores.
El proceso de marcada y constante involución de Lancia iniciado en los años ’80 no se ha detenido y en la actualidad la marca pertenece a la trasnacional norteamericana Fiat Chrysler Automobile Group (FCA Group), que ha mantenido la política impuesta por Fiat en las últimas décadas, reduciendo el portafolio al mínimo y haciendo descender la producción a niveles cada vez más simbólicos, en parte también por la ausencia de demanda.
Los aficionados y los automovilistas de arraigo italiano tienen décadas esperando a que Fiat (actualmente FCA Group) desarrolle un plan de salvamento y rescate de Lancia, que le permita resurgir apoyada en los mismos lineamientos establecidos por Vincenzo y Gianni Lancia, pero el discreto retorno en términos de unidades vendidas que ha tenido un intento parecido en torno al rescate de Alfa Romeo ha hecho que los planes se mantengan congelados.
En medio de la situación de “animación suspendida” que Lancia mantiene dentro del Grupo FCA, son pocas las manifestaciones corporativas en torno al aniversario y a celebraciones de algún tipo, pero entre tanto, la prensa se hace eco del sentir de los aficionados y los conocedores, y contribuye a que la herencia histórica de la marca siga siendo recordada. (Flash del Motor).