Conmemoran la vida, pasión y muerte del legendario Enzo Ferrari
Recibí las noticias en tu celular: Canal de WhatsApp Motorpy
Publicaciones especializadas de todo el mundo han celebrado de manera especial la fecha del 18 de febrero, al cumplirse el pasado domingo 120 años desde que el empresario italiano Enzo Ferrari naciera en el pueblo de Maranello, al norte de Italia, en 1898, y al cumplirse hoy otro aniversario del registro formal de su nacimiento, el 20 de febrero.
Desde muy joven Enzo Ferrari comenzó a mostrar una inmensa curiosidad por el entonces naciente invento llamado “automóvil” y, sobre todo, por la entonces naciente pasión de retar las magnitudes de tiempo y espacio a los mandos de uno de esos nuevos aparatos sobre ruedas que estaban por cambiar al mundo.
Incipiente piloto, Enzo Ferrari pronto abandonó la práctica deportiva para desarrollarse como constructor de autos de carrera y dirigente deportivo. Con el tiempo logró ingresar a la empresa Alfa Romeo, poniéndose frente a su naciente departamento deportivo.
En 1929, el equipo oficial de Alfa Romeo fue bautizado por Enzo Ferrari como “Scudería Ferrari” y el empresario convirtió en norma el uso como amuleto y emblema de un distintivo empleado por el aviador italiano Francesco Baracca en sus aviones de combate. El legado que otorgó a Ferrari el uso del amuleto le fue conferido por la madre del piloto, la Condesa Baracca, luego que éste fue derribado en combate, durante la guerra.
La asociación entre Ferrari y Alfa Romeo llevó a ambos a anotarse importantísimos y distintivos triunfos deportivos que engalanaron a Italia e hicieron delirar a los aficionados. Sin embargo, el fuerte carácter de Ferrari acabará enfrentándose al no menos fuerte carácter de la directiva de Alfa Romeo, ocasionando la separación.
Tras la II Guerra Mundial, Ferrari intentó reiniciar su actividad como constructor de autos de carrera en su establecimiento de Maranello, que había sido bombardeado durante la confrontación. En esos primeros años el empresario no pudo usar su nombre, debido al veto impuesto por Alfa Romeo y armó sus primeros vehículos de carrera bajo la razón social Auto Avio Costruzioni, en 1947. Ese mismo año también comenzó a desarrollar autos para clientes.
Ya posibilitado de volver a usar su apellido, Ferrari retomó la denominación de su empresa como Ferrari y la de su equipo de competencias como Scudería Ferrari, desarrollando desde los años ’50 una indetenible y fascinante actividad en ambos terrenos.
Los autos construidos por Ferrari escribieron páginas doradas en el deporte a motor y los carros deportivos con el emblema del Cavallino Rampante siguen despertando la fascinación de los automovilistas. Bajo la batuta del Commendatore, Ferrari se convirtió en una prestigiosa fábrica de autos deportivos de bajo volumen y también en el equipo de carreras más exitoso del mundo.
En 1962 un intento de asociación entre Ferrari y Ford acabó siendo roto por el Commendatore cuando éste descubrió que los norteamericanos pensaban comprar su empresa y reconvertirla en el departamento deportivo de Ford. En 1969 el ansiado acuerdo con un gran fabricante llegó en forma de un convenio con Fiat que, desde entonces, tomó el control de la mayor parte de la fábrica de autos y del 10% del equipo de carreras. Eso aseguró a Ferrari el presupuesto para apuntalar su rol de liderazgo en el deporte a motor, específicamente en la Fórmula 1, durante los años ’70, que fue una nueva época de esplendor para él.
En los años ’80, Ferrari mantuvo una importante actividad en la política del deporte, al tiempo que contuvo el avasallante empuje de los cada vez más pujantes equipos de carrera británicos. Para entonces ya el empresario podía contener cada vez menos el intervencionismo de Fiat en las actividades deportivas e industriales de su empresa.
El deceso de Ferrari, en agosto de 1988, le encontró como la mayor referencia de un verdadero ícono en la historia automovilística y como creador de una de las marcas más famosas del mundo. Todavía seguía al frente de la toma de decisiones y del manejo de su equipo. Solo a partir de la primavera de ese año comenzó a vérsele cada vez menos y no compareció públicamente, ni siquiera en verano, cuando el Papa visitó la fábrica de Ferrari. Aquel fue el preludio del inevitable desenlace que marcó la muerte del hombre y el nacimiento de una leyenda que a la fecha le sigue sobreviviendo. (Flash del Motor).