Los Rosberg acapararon la atención en Mónaco
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Los organizadores del Campeonato del Mundo 2018 de automovilismo Fórmula 1 y los organizadores del Gran Premio de Mónaco merecieron todos los elogios al permitir que dos pilotos “de casa” que, además, fueron Campeones del Mundo de la categoría, hicieran una exhibición en pista.
Gracias al apoyo de los equipos Mercedes AMG y Williams Racing, el Campeón del Mundo 2016, Nico Rosberg, y su padre, “Keke” Rosberg, quien ganó el título en 1982, pudieron volverse a poner al volante de los carros con los cuales concretaron esos logros.
El componente cabalístico que siempre ha formado y sigue formando parte del ambiente de la Fórmula 1 explicó que ambos carros estuvieran identificados con el mismo número, el 6. Para “Keke” Rosberg, ello fue una consecuencia de su puesto en Williams y del modo en que en esos años se adjudicaban los dorsales a cada equipo, mientras Nico Rosberg solicitó a los organizadores de la categoría que le permitiesen usarlo cuando en el 2015 se estableció que cada piloto eligiera y usara un dorsal “de por vida”.
Durante el pasado miércoles, los monoplazas Williams FW08 Cosworth y Mercedes-Benz W07 estuvieron presidiendo el box de Mercedes AMG en Mónaco, bien a la vista del numeroso público que se acercó hasta el paddock.
Ayer jueves, inmediatamente tras realizarse la primera práctica libre de la F-1, padre e hijo se acercaron a sus autos en medio de una muchedumbre de fotógrafos y curiosos, para realizar de nuevo el protocolo del “fire up” con la asistencia de mecánicos de Williams y Mercedes AMG a fin de rodar por el pit lane y salir a pista para dar dos vueltas en medio de calurosas ovaciones.
Al llegar al box, ambos pilotos fueron recibidos por dos importantes personajes: Su Majestad Serenísima Alberto Grimaldi, Príncipe de Mónaco, y el empresario norteamericano Chase Carey, Presidente de la empresa Liberty Media Group y de la empresa Liberty Media Formula One, quien representa comercialmente a la categoría.
“Keke” Rosberg, tras retirarse del deporte de manera definitiva, se dedicó a las inversiones inmobiliarias y al manejo comercial de varios pilotos, incluyendo su hijo. Este, con el tiempo, se independizó comercialmente de su padre y se retiró del deporte inmediatamente después de ganar el título en noviembre del 2016, siendo ahora uno de los accionistas del Campeonato del Mundo de Fórmula E.
Tras la exhibición, “Keke” Rosberg agradeció “la oportunidad de volver a conducir este carro”, recordando que su victoria en Mónaco llegó con un carro diferente, un año después de lograr el título, en 1983. Su hijo, Nico, se hizo fotografiar junto a sus antiguos mecánicos y asistentes en Mercedes AMG, a quienes agradeció públicamente a través de las redes sociales “la oportunidad de permitirme volver otra vez a manejar este carro en particular”. Más tarde, Nico Rosberg explicó a un periodista que la sensación de volver a pilotar el auto de F-1 fue “como ponerse un jeans que en una época te gustó mucho y descubrir que ahora ya no te queda”. (Flash del Motor).