Nadie quiere olvidarse del ya legendario piloto Jules Bianchi
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Hizo tres años, cuando el pasado 17 de julio del 2015, los médicos que atendían al prospecto francés Jules Bianchi le declararon oficialmente muerto en consecuencia con las tremendas lesiones neurológicas sufridas en su grave accidente durante la disputa del Gran Premio de Japón de Fórmula 1 en octubre del 2014. Desde entonces, el ambiente de las carreras ha mantenido vivo el recuerdo del joven corredor francés.
La biografía de Bianchi le emparenta al ambiente de las carreras gracias a su abuelo y a su tío-abuelo, importantes pilotos especializados en carreras de larga duración, en la década de los años ‘60. Allí el joven Jules heredó la pasión que le llevó a recorrer de manera meteórica las estructuras promocionales del deporte hasta convertirse en miembro de la Academia Ferrari de Desarrollo de Pilotos (FDA, por sus siglas en inglés).
El talento precoz del joven francés le llevó a una joven edad a la Fórmula 1, donde debutó con el equipo Marussia, que formaba parte de las estructuras “low cost” llegadas a la categoría en la expansión del serial en el 2010. Bianchi debutó en el 2013 y en el 2014 se convirtió en el primer piloto en marcar puntos con un equipo “low cost” al llegar noveno en el Gran Premio de Mónaco.
En su momento no fueron pocos los especialistas que, al considerar a Bianchi el más brillante de los prospectos de la FDA, le auguraran su pronto avance al equipo oficial Scudería Ferrari. Algo que luego avaló el propio Luca Cordero di Montezémolo, ex “supremo” del equipo italiano.
Sin querer recordar los antecedentes en torno al grave accidente sufrido por Bianchi en las últimas vueltas del Gran Premio de Japón 2014, mientras luchaba con su amigo Adrian Sutil por no quedar en último lugar en condiciones complicadas (pero no prohibitivas) de lluvia y visibilidad, digamos que a partir de entonces el recuerdo del piloto comenzó a hacerse más y más fuerte en el mundo de las carreras. Un fenómeno que se arraigó 9 meses después, cuando finalmente falleció sin haber recuperado la conciencia, ni haber abandonado el estado de coma. Tenía entonces solo 25 años…
A tres años de su muerte, Jules Bianchi sigue siendo el gran ejemplo para los jóvenes prospectos del automovilismo. Su ausencia sigue notándose y su nombre es constante objeto de recordatorios, remembranzas y homenajes. El más reciente le fue otorgado por su connacional y ex colega en F-1, el también francés Jean-Eric Vergné, que le dedicó la conquista del título mundial en Fórmula E el pasado fin de semana. Otro francés, Pierre Gasly, le dedicó la conquista del cuarto puesto en el GP de Bahrein, que ha sido su mejor resultado en la F-1.
El prospecto Charles Leclerc luce como el elegido para ocupar el sitio que una vez fue para Bianchi. Algo que no deja de tener significado, ya que ambos se criaron juntos desde la niñez y compartieron sus inicios en el deporte.
Leclerc no deja de recordar la memoria de su amigo (y la de su padre, también fallecido el mismo año) con cada nuevo logro y cada avance en el deporte. Ahora mismo el monegasco es el prospecto más aventajado de Ferrari y se habla con cada vez más firmeza de su promoción al puesto que ahora ocupa en ese equipo Kimi Raikkonen.
También el empresario Phillippe Bianchi, padre de Jules, ha hecho un gran esfuerzo por perpetuar el recuerdo del piloto a través de una difusión “en positivo” de su imagen como deportista comprometido con los valores del deporte. De esta inquietud nació lo que Phillippe Bianchi ha llamado los “stand Jules Bianchi” que se instalan en eventos de Gran Premio a fin de vender memorabilia asociada al piloto y con ello recaudar recursos que pueden invertirse en la formación de nuevos pilotos y deportistas.
El “stand Jules Bianchi” ha sido instalado y atendido por Phillippe Bianchi en Mónaco en las tres ediciones del Gran Premio que se han disputado tras la muerte de Jules. Pero también fue instalado en el pasado Gran Premio de Francia. (Flash del Motor).