Prueba. 500 kilómetros con el Hyundai Kona 4×4. Un coreano diferente y capaz

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El grupo de SUV es el de más éxito comercial de los últimos meses (y lo que le queda), el fabricante coreano lo sabe y ha lanzado hace semanas este modelo, que ahora hemos podido conocer de cerca. En el disputado segmento B, es una opción que atesora atributos más que interesantes a la hora de poder circular fuera del asfalto que es lo que nos interesa.

 PERSONALIDAD PROPIA.

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Recogimos el Kona con 5648 kilómetros y nos pusimos a escudriñarlo. Se trata de un TGDi 1.6 de 176 caballos, con acabado Style, interior Sky Red y color Cake Silver. Lo que más llama la atención es que pese a que tiene unas formas aparentemente comunes a otros modelos, tiene una marcada personalidad.

Nuestra unidad es de un tono similar a la gran cantidad de aditamentos que tiene la carrocería lo que hace que estos destaquen menos, pero es desde luego todo un ejercicio de lo que debe ser la imagen de un SUV. Prominentes pasos de rueda, barras de techo, paragolpes trasero envolvente… En Hyundai manteniendo los rasgos de familia, se han permitido salirse de la norma. Se puede adquirir en diez colores de carrocería y dos de techo, lo que personalizará aun más nuestra compra.

Destaca el frontal, diferente a todo y con una posición de los faros en tres alturas. Es sin duda lo más característico del modelo, que trasmite robustez en sus formas. La profusión de plástico en el entorno de la carrocería, es de agradecer en el tráfico urbano, lo que hará que nuestra chapa sufra menos aunque por diseño algunas ópticas parecen algo expuestas.

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Las puertas y portón trasero tienen un tamaño correcto lo que permite una buena accesibilidad. El último apartado, nos parece suficiente, en su configuración normal con 361 litros de capacidad.

El fondo del mismo es desmontable y oculta el kit anti pinchazos ya que no trae rueda de repuesto, algo imprescindible si queremos salir al monte con frecuencia.

Un último detalle a tener en cuenta es que la antena se desatornilla con facilidad por lo que en según qué casos habrá que retirarla por ser un botín propicio para los amigos de lo ajeno.

El interior, también se puede personalizar con tres colores de pespuntes de tapicería a elegir. Los asientos delanteros recogen bien y son cómodos y las plazas traseras son también cómodas si van dos ocupantes y aceptables para tres.

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La instrumentación es clara y todos los interruptores se localizan con facilidad. Buena calidad en los materiales y ambiente agradable en general.

En marcha, es dócil en cualquier circunstancia, su tamaño permite que nos movamos perfectamente en vías urbanas y que aparcar no sea una pesadilla. En vías rápidas se muestra progresivo y ágil, siendo muy efectivo en trazados sinuosos y carreteras de montaña. La suspensión más dura de lo habitual se agradece y podemos disfrutar de poder llevar un buen ritmo si es que queremos correr. Completísimo equipamiento en cuanto a seguridad, desde la detección de peatones hasta la cámara trasera, sin duda al nivel de modelos de mayores pretensiones.

EN EL MONTE, MEJOR DE LO PREVISTO.

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A priori, tras lo conocido comenzamos a rodar por pistas en buen estado y el vehículo se muestra noble y con buen tacto tanto en frenadas como a la hora de negociar curvas pudiéndose mantener un buen ritmo. Buscamos un camino más roto y el coche parece notar más las irregularidades, consecuencia de unos tarados de suspensión firmes, pero el coche no tiene problemas para avanzar, solo deberemos tener cuidado con el ángulo de ataque, escaso por lo afilado del diseño del morro y por la escasa altura libre al suelo (17 centímetros). El resto sin problemas.

Los recorridos de suspensión son dignos para el concepto del modelo y su peso que supera por poco los 1300 kilogramos, lo que le convierte en un modelo “ligero” algo que es bueno en pasos complicados y cuando el barro es protagonista. Tenemos ayudas a la conducción, ya que el sistema automático que pasa tracción a la rueda que tiene más agarre, se puede bloquear manualmente gracias a un interruptor instalado en la consola central dejando el sistema en 50% para cada tren de forma permanente.

También contamos con control de descenso de pendientes, que impide que el coche alcance siquiera los 10 kilómetros hora. La ayuda de arranque en pendiente, también es útil si nos ponemos en marcha en mala postura. El coche tiene tres posibilidades de uso del motor, Eco, Confort y Sport. Lo mejor en la primera posición nombrada en la que las reacciones son más suaves.

Aparte de el ángulo y la altura comentados, tendremos en contra el dibujo de los neumáticos totalmente de asfalto y el diámetro de la llanta que si bien de origen anuncia 215/55R17, nuestra unidad montaba 235/ 45 R18.

Lo mejor que el concesionario nos facilitara una medida 205/ 60 R16 que montan las versiones menos equipadas y que además de tener más oferta en el mercado del neumático mixto, nos permitiría montar mas perfil sin tener que rendir cuentas en la ITV ganado alrededor de un centímetro de altura libre que nos vendría muy bien fuera del asfalto. Otra mejora, seria sustituir las protecciones de bajos de plástico por unas metálicas lo que nos daría confianza en pasos con obstáculos.

Así tendremos un coche a la última, que va bien en todo tipo de vías, que lleva un completo equipamiento en cuanto a confort y seguridad, con un tamaño contenido, aunque goza de capacidad y con posibilidades más que dignas de rodar fuera del asfalto. En Hyundai van a la moda pero sin olvidar el fondo de armario.

Devolvimos el Kona con 6212 kilometros 564 más que cuando lo recogimos siendo el 20% fuera del asfalto. En cuanto a consumos, los 6,7 litros en combinado que anuncia el fabricante, nos fueron imposibles de alcanzar ya que no fuimos a ahorrar en n ningún momento, moviéndonos en una horquilla de 8-9 cada 100 kilómetros.

Se trata de un cliente Hyundai, fiel a la marca desde hace años. “Tengo un Santa Fe de los primeros, y estoy encantado con él. No lo saco apenas del asfalto pero es amplio, tiene buen maletero y me ha ido siempre bien. Nunca me he arrepentido de haberlo comprado. Tuve alguna cosa mecánica, pero más por no llevarlo a un servicio oficial que otra cosa. Ahora si le pasa algo va a un concesionario de Hyundai de cabeza, va camino del medio millón de kilómetros recorridos sin problemas. El Kona me ha dejado impresionado de verdad. No solo por su diseño que me resulta hasta futurista, ni por las cantidad de novedades que tiene en materia de seguridad y tecnología respecto al mío, sino porque desde fuera parece más pequeño, pero dentro es más grande (nuestro amigo llego a sacar un metro para medir la distancia interior de puerta a puerta). Han ganando en calidad y es suave para todo. Me ha gustado mucho. En el fondo veo que acerté eligiendo esta marca. Cuando me toque cambiar, que espero sea en mucho tiempo, se cual elegir”. (MontalbanMedia).

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