Control inteligente del clima al aire libre

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¿Muy frío? ¿Muy caluroso? Los humanos pueden ser sensibles a las fluctuaciones de temperatura. Ahora el sistema automático de control de clima de Porsche en la última generación de Porsche 911 garantiza de forma inteligente una sensación de comodidad.

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Los ingenieros de Porsche lo han refinado inteligentemente una vez más para la última generación de Cabriolés Porsche 911. El desafío: si bien el sensor de temperatura interior es una variable de control central en un vehículo cerrado, se agregan muchas influencias adicionales al conducir al aire libre. Es por eso que el nuevo sistema de control descapotable suprime lentamente este sensor a medida que se abre la capota. El complejo sistema automático de control de clima ahora procesa alrededor de 350 señales en intervalos de medio segundo en coordinación con veinte interfaces externas y veinte internas. Los sensores registran continuamente parámetros, como las temperaturas de salida, exterior y refrigerante, así como la velocidad del motor, la insolación y la velocidad del vehículo. Las interfaces relevantes para la unidad de control climático incluyen las unidades de control para el motor, capota, puertas y asientos.

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Este inteligente control convertible es particularmente notable a bajas velocidades. Incluso en el abrasador calor del verano de la ciudad, los conductores del 911 Cabriolet están rodeados de una agradable frescura. Durante las excursiones de arriba hacia abajo en el invierno, el sistema Porsche anula la fórmula de confort convencional de “pies cálidos, cabeza fría”. En cambio, el sistema automático de control de clima distribuye más aire caliente a través de las rejillas de ventilación centrales para el conductor y el pasajero delantero. El resultado: los ocupantes disfrutan de un acogedor velo de calor sin tener la desagradable sensación de aire soplado en sus caras. Dichosamente cálidas manos en el volante; pesadas chaquetas de invierno cabeza para el maletero. En condiciones climáticas cambiantes, comunes en primavera u otoño, el control climático automático reacciona a prácticamente todas las nubes en el cielo con un ajuste de control. Y hace todo esto sin ninguna intervención manual. ¿Qué les queda a los ocupantes? Solo para recordar su protector solar y gafas de sol y, si llueve, cerrar la parte superior y disfrutar de la conducción.

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