Coches eléctricos: Los combustibles fósiles reciben incentivos de 1,4 billones de dólares

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Mientras avanza el discurso sobre la descarbonización, las petroleras tienen ganancias y subsidios récord, de acuerdo a un artículo escrito por Peter Kutney (*) para Auto Industria.

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En un planeta que necesita urgentemente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los diferentes discursos a favor de la descarbonización definitivamente no se corresponden con la realidad.

En la práctica, mientras adoptan políticas de actualidad para fomentar los vehículos eléctricos y el desarrollo de fuentes de energía limpias, las mayores economías del planeta conceden subvenciones e incentivos billonarios a los combustibles fósiles, al mismo tiempo que las principales petroleras mundiales registran beneficios récord.

Según un estudio presentado hace dos semanas por el IISD, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, realizado en colaboración con instituciones de diferentes países –en Brasil, el Inesc, el Instituto de Estudios Socioeconómicos–, los países del G20 gastaron, en 2022, la escandalosa suma de 1,4 billones de dólares para subsidiar y financiar inversiones estatales en el sector de los combustibles fósiles.

Es la cantidad más alta jamás registrada en la historia gastada para producir derivados del petróleo y reducir los precios de la gasolina y el diésel para los consumidores de estos países, incluido Brasil. El total incluye 1 billón de dólares en subsidios a los combustibles fósiles, 322 mil millones de dólares en inversiones de empresas estatales en el sector y 50 mil millones de dólares en préstamos de instituciones financieras públicas. Los valores son más del doble de los niveles anteriores al covid y a la crisis energética de 2019, señala el estudio.

En Brasil, a pesar de la alternativa al etanol, ampliamente disponible desde hace cuatro décadas, no existen incentivos directos para el uso de biocombustibles y, para empeorar las cosas, en los últimos años la gasolina ha sido subsidiada con exenciones fiscales PIS/Cofins y reducciones forzadas de ICMS de los estados, para mantener bajos los precios del combustible.

AVIVANDO LAS LLAMAS

Irónicamente, los mayores gastos de la historia para garantizar el consumo confortable de combustibles fósiles se producen al mismo tiempo que los efectos de las emisiones de CO2 no compensadas y del calentamiento global dan sus caras de forma cada vez más clara –y temeraria–, con devastadores incendios y desiertos. calor en el verano del hemisferio norte.

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– PixabayComo advierte el IISD, reducir artificialmente los precios de la gasolina o el diésel no sólo incentiva su uso, lo que de por sí intensifica la crisis climática con intensas olas de calor, incendios forestales, lluvias torrenciales y huracanes, sino que también desincentiva la búsqueda de soluciones al problema. , especialmente el desarrollo de fuentes de energía más limpias.

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No es casualidad que el documento del IIDS se llamara “Avivando las llamas: G20”, o “Avivando las llamas: G20”, tal como fue publicado días antes de la Cumbre de Líderes del G20, que comienza esta semana en Nueva Delhi, India, con el tema del desarrollo sostenible en boca de todos y en la práctica de unos pocos en el bloque económico.

En 2009, los líderes del G20 acordaron reducir y eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles “en el mediano plazo”. Una década después, acordaron acelerar estos esfuerzos, pero sin definir acciones prácticas ni plazos. Es decir, parece que en lugar de mejorar el escenario, empeoró, ya que no hubo avances, sólo retrocesos. Y la cuestión de los subsidios ni siquiera está en la agenda de la reunión de este año.

COMPAÑÍAS PETROLERAS OBTIENEN GANANCIAS RÉCORD

Como efecto de esta política, que está reñida con el desarrollo sostenible, las mayores compañías petroleras del mundo nunca han obtenido tantos beneficios. La estadounidense Exxon, la mayor de ellas, registró un beneficio récord de 55.700 millones de dólares en 2022, un aumento del 68,8% con respecto a 2021. Chevron, segunda en el ranking mundial, también registró el año pasado su mayor beneficio de la historia, 35,5 dólares. mil millones, un 127% más que un año antes.

Peor que los beneficios impulsados por el calentamiento global es la actitud de los accionistas de ambas petroleras, que consideran que los beneficios presentes en la mano son mejores que la sostenibilidad futura en el aire. En las reuniones anuales de las dos empresas, celebradas el pasado mes de junio, fueron vetadas las doce propuestas de Exxon para mitigar sus efectos climáticos; Lo mismo ocurrió en Chevron con el rechazo de los objetivos de reducción de emisiones.

Petrobras, que también surfeó la ola de aumento de los precios del petróleo con una extracción récord y un beneficio de 188,3 mil millones de reales en 2022, un aumento del 77% respecto a 2021, al menos aprobó, en junio pasado, el aumento del techo de inversión en proyectos bajos en carbono, de 6 % al 15% de los aportes de capital fijo, que estarán dirigidos al desarrollo de energías renovables y descarbonización de las operaciones.

La sugerencia del IISD es que, en lugar de subsidios, los gobiernos comiencen a gravar las emisiones con un impuesto de entre 25 y 50 dólares por tonelada de CO2 emitida a la atmósfera, lo que produciría una recaudación estimada de hasta 1 billón de dólares al año, recursos suficientes para financiar la construcción de plantas de energía eólica y solar, por ejemplo, o incluso ampliar la producción de biocombustibles y minerales esenciales para los coches eléctricos.

Parece, sin embargo, que nada de eso sucederá, el interés político en adoptar rutas de desarrollo sostenible comienza con discursos vacíos y termina con la primera divulgación de ganancias récord. El negocio es emitir CO2 como si no hubiera un mañana, porque, como decía el economista británico John Maynard Keynes, “a la larga estaremos todos muertos”.

(*) Pedro Kutney es periodista especializado en economía, finanzas y la industria automotriz. Es autor de la columna Observatório Automotivo, especializada en cobertura del sector automotriz. Durante más de 35 años en la profesión, fue editor del portal Automotive Business, editor de la revista Automotive News Brasil y de Agência AutoData. Fue subdirector financiero del periódico Valor Econômico, reportero y editor de las revistas Automóvel & Requinte, Quatro Rodas y Náutica. (Fotos: Gentileza de empresas que elaboran combustibles fósiles).