A los 60 años del éxito en Mónaco de un auto mítico, el famoso Maserati 250 F de Fangio

Fangio Monaco 1
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Los principales historiadores del deporte a motor han recordado a través de diversas publicaciones en medios especializados que este fin de semana se cumplirán 60 años desde que en la edición 1957 del Gran Premio de Mónaco se registró una de las victorias más emblemáticas de la carrera y del deporte automotor en sí, la del argentino Juan Manuel Fangio.

 La competencia se realizó el 19 de mayo de 1957, como segunda prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de esa temporada y contó con la inscripción de 21 autos, lo cual exigió la realización de una calificación previa, a fin de seleccionar a los dieciséis16 más rápidos para que participaran en la prueba.

La lista oficial de participantes incluyó seis autos Maserati provenientes de Italia, dos Vanwall británicos, cuatro Ferrari italianos, dos Connaught británicos con motor Alfa Romeo, un Cooper Clímax británico y una unidad BRM también británica.

El británico Stirling Moss, en un Vanwall de color verde, lideró las primeras vueltas de carrera tras arrancar desde el tercer puesto, pero en el cuarto giro se despistó al trazar la chicana, y dejó varios desperdicios en la pista que fueron golpeados por el Ferrari de Peter Collins.  Juan Manuel Fangio en su Maserati y Tony Brooks, en su Vanwall, redujeron la velocidad para sortear los inesperados obstáculos, pero el británico fue golpeado por el Ferrari de Mike Hawthorn, mientras otro británico, Horace Gould, tuvo un despiste en el décimo giro.

Tras el accidentado inicio, la carrera fue magistralmente liderada por Fangio, frente a un grupo de once rivales que lentamente se fue mermando, al punto que solo seis autos cruzaron la meta al completarse las 105 vueltas pautadas, ganando el argentino con 25.2” sobre el Vanwall de Brooks y con dos vueltas sobre su compañero en Maserati, Masten Gregory.   Stuart-Lewis en un Connaught, precedió al francés Maurice Trintignant en el único Ferrari que completó la prueba y al australiano Jack Brabham, que acabó 6º y último en el diminuto Cooper, heredando un punto luego que la rotura del motor en el auto del alemán Wolfgang Von Trips privó a Ferrari del podio a diez vueltas para el final.

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La carrera de Mónaco fue disputada por Fangio a los mandos de una de las tres únicas unidades del Maserati 250F construida en especificaciones “lightweight” y con un motor más potente, capaz de entregar 270 HP en vez de los 240 HP habituales.  Designada con el serial 2528, esa unidad luego fue asignada a otros pilotos, pero acabó siendo propiedad de Fangio, quien la recibió como pago de Maserati al abandonar las carreras a finales de esa temporada.

Luego de retirarse de las pistas, Fangio alquiló su Maserati 250F 2528 a varios pilotos-gentleman, mayormente al español Francisco “Paco” Godia, quien disputó varias carreras Grand Prix al volante de ese auto y de otro 250F alquilado.  El español sufrió una avería de motor durante el GP de Francia de 1959 y Fangio al recibir el carro de vuelta decidió no repararlo, vendiéndolo a un amigo venezolano, el piloto Ettore Chimeri.

Tras pagarle a Fangio algo menos 2.000 dólares por el carro 2528  (el equivalente a Bs.7.000 de la época), Chimeri hizo traerlo a Caracas y confió su reparación a los hermanos Dino y Silvano Turco, expertos en metalmecánica y regentes de la primera empresa rectificadora propiamente dicha instalada en esa ciudad, Rectimotores.

Tras ser reparado, el Maserati 250F fue probado por Chimeri y los hermanos Turco en la base aérea de Maracay, a un centenar de kilómetros de Caracas.  La idea era prepararlo para que Chimeri debutara en Fórmula 1 disputando el GP de EEUU, que se realizaría en Sebring en octubre.  Sin embargo, el carro llegó a EEUU luego de realizarse la carrera y hubo que posponer el debut para el GP de Argentina, primera prueba del Campeonato del Mundo 1960, realizada en marzo.

La carrera de Argentina fue el último evento en el cual Fangio se puso públicamente al volante de un Maserati 250F.  Fue justamente el que había vendido años antes a Chimeri, quien se lo cedió para que pudiera dar unas vueltas de exhibición.  Un defecto mecánico, empero, hizo que se desprendieran dos ruedas del carro y la maestría del astro argentino impidió un accidente que dañara al carro, que fue usado al día siguiente por Chimeri, quien calificó 21º entre las 22 máquinas presentes y abandonó por desfallecimiento físico en la vuelta 24 de las 80 pautadas.

La muerte de Chimeri en un accidente de competencia a un mes escaso de su debut en Argentina, hizo que su viuda pidiera a los hermanos Turco vender el Maserati, que estaba de vuelta en Caracas.   Ya el carro estaba técnicamente desfasado y ello le quitaba valor, así que fue vendido por una suma no muy alta a un piloto italiano, que intentó inscribirlo sin éxito en el GP de Italia en septiembre de ese año.  Esa fue la última vez que se le vio en un paddock de F-1 en forma oficial.

A lo largo de los años ’60 el Maserati 2528 participó en varias carreras regionales en Italia y cambió de manos varias veces, hasta que fue adquirido por un matrimonio británico que lo hizo restaurar totalmente y lo ha usado en numerosas carreras abiertas a clásicos deportivos, siendo considerado a la fecha el 250F mejor preservado y estructuralmente más sano entre los 26 construidos por Maserati. (Flash del Motor).

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