AEA analiza rutas tecnológicas para la descarbonización en Brasil

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Bajo el tema “Vocación Brasileña por la Descarbonización de la Movilidad”, el pasado jueves 18, la AEA – Asociación Brasileña de Ingeniería Automotriz reunió a expertos en la 10ª edición del Simposio sobre Eficiencia Energética, Emisiones y Combustibles .

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El evento, el primero del año, en el que la entidad celebra 40 años de actividades, fue considerado simbólico por el presidente Marco Vinicius Aguiar debido a las oportunidades que brinda el Programa de Movilidad Verde e Innovación (Mover) del Gobierno Federal.

“El programa marca las próximas directrices para el sector de la automoción. Brasil tiene ventaja sobre otros países por la diversidad de fuentes de energía, pero tenemos que tomar las decisiones correctas para defender la industria nacional”, resumió el presidente de la AEA durante la apertura del encuentro en el auditorio del Milenium Centro de Convenções, en São Paulo.

Si bien las consecuencias del cambio climático exigen urgencia, los desafíos son muchos y requieren diversas medidas políticas que involucran a muchos actores. Según lo presentado por Marlon Arraes Jardim, director del Departamento de Biocombustibles del Ministerio de Minas y Energía (MME), se estima que existen más de 2 mil millones de motores de combustión en el mundo, de los cuales 1,5 mil millones son vehículos. “Se trata de un pasivo medioambiental que necesita solución no sólo en la flota circulante, que en algún momento habrá que desguazar, sino también a través de otras plataformas”.

COMO VIENE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Para el representante del Gobierno, sin embargo, una transición energética masiva y abrupta es muy costosa. “Se estima al menos un billón de reales para infraestructura de carga eléctrica en Brasil, por ejemplo. Pero tenemos matrices energéticas comparables a las eléctricas”, observa. “Integrar las soluciones de biocombustibles que tenemos permite una transición a menor costo y bajo el concepto well-to-wheel, un ciclo interesante para el medio ambiente”.

Con la propuesta de reflexión, Henry Joseph Jr., director técnico de Anfavea – Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores, señala el etanol como una gran ventaja para la descarbonización, pero cuestiona si los actores involucrados están considerando este privilegio. “Los países que querían salir del monopolio del petróleo están cayendo en el monopolio de las baterías”.

Joseph Jr. recuerda que todos los objetivos marcados por programas sectoriales, como Inovar-Auto y Rota 2030, se han cumplido y se están cumpliendo. Pero advierte que esta trayectoria ha encarecido los automóviles, manteniendo a los consumidores alejados del mostrador. “Año tras año vemos caídas en las ventas. Estamos empujando al consumidor hacia la motocicleta. ¿Es esto lo que queremos como movilidad?”.

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EL PROYECTO DE FUTURO

El director técnico de Anfavea señala, por ejemplo, que el proyecto de ley de Combustibles del Futuro, texto ya aprobado por la Cámara de Diputados, podría acarrear aún más costes. Esto se debe a que el PL establece aumentos sucesivos en las mezclas de combustibles, lo que impone pruebas a los fabricantes.

“Los vehículos no fueron diseñados originalmente para esto. Hoy en día, a pesar de contar con una flota de 41,7 millones de automóviles de combustible flexible, arrojamos 60 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Si la flota pasara al etanol de un momento a otro, habría una reducción del 50% en las emisiones de carbono. Pero el etanol se vende poco. Y no sé cómo responder por qué”.

Las soluciones que avanzan en la descarbonización también avanzan a través de la evolución del tren motriz, como señala Gustavo Santos Lopes, ingeniero del área de I+D de Robert Bosch. En su presentación destacó el potencial de las bujías de inyección múltiple y precámara con enfoque en los híbridos. “Las soluciones optimizan y aceleran la quema de combustibles, reduciendo las emisiones de hidrocarburos y monóxido de carbono, así como la cantidad de catalizadores en el postratamiento y de aceite en la fase fría”, explica.

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Por otro lado, iniciativas pioneras muestran cómo las empresas del sector agroindustrial pueden contribuir. Ricardo Tomaczyk, ejecutivo de Relaciones Institucionales de Amaggi, trajo al simposio la experiencia del uso del B100 (100% biodiesel) en las operaciones de la empresa. El proyecto se centra en la descarbonización y la autosuficiencia energética.

En colaboración con el fabricante John Deere, Amaggi suministra a las máquinas biocombustible de producción propia. El proyecto se inició en 2018 y, a través de evaluaciones comparativas con el uso de diésel convencional, se confirmó su factibilidad. “No hubo pérdidas de potencia, averías ni diferencias sustanciales en el consumo a lo largo del tiempo. Y lo más importante: en máquinas originales de fábrica, sin ninguna adaptación”, afirma.

El próximo mes de mayo, según reveló el representante de Amaggi, el proyecto gana volumen con el inicio de operaciones en propiedad de la empresa sin uso de combustibles fósiles. Será la primera finca del país, ubicada en Mato Grosso, 100% B100. “Allí tendremos un ciclo completo del biodiesel, desde el cultivo de la materia prima hasta el consumo y la producción”.

EL PROYECTO DE SCANIA

En aplicaciones por carretera, en cooperación técnica con Scania, Amaggi colocó en sus rutas logísticas dos camiones adaptados por el fabricante en agosto de 2023. A día de hoy, cada uno de ellos ya ha recorrido cerca de 60.000 kilómetros sin presentar ningún problema y homologados tras una evaluación medioambiental del vehículo. La exitosa experiencia se volverá permanente en la empresa con la llegada de 100 camiones Scania que circularán con B100 a partir de mayo.

Una segunda iniciativa de Amaggi en el ámbito de las carreteras es la colaboración con Volvo, que suministrará cuatro camiones. En este caso, sin embargo, los vehículos serán sometidos a pruebas utilizando diferentes mezclas de biodiesel sin modificaciones de fábrica.

La intención de Amaggi es también buscar la viabilidad del B100 en sus operaciones náuticas. La empresa ya recibió autorización para realizar el primer viaje fluvial utilizando 100% biodiesel. Próximamente, un barco navegará entre Porto Velho (RO) e Itacoatiara (AM), a través de los ríos Madeira y Amazonas.

CON PROYECTOS DE BIOELECTRIFICACIÓN

Otras rutas tecnológicas que priorizan el potencial de Brasil en descarbonización provienen de proyectos como la bioelectrificación a partir del hidrógeno. Representantes de AVL, Toyota y Hyundai mostraron soluciones que permiten utilizar el combustible, según la tecnología, en estado sólido, gaseoso o líquido. Como destacó Thiago Lopes, del Centro de Investigación e Innovación en Gases de Efecto Invernadero, de la Universidad de São Paulo (USP), para alcanzar cero emisiones “necesitaremos todo hidrógeno renovable”.

Centrándose en la reducción de gases, el investigador de la USP presentó un proyecto piloto, en colaboración con Marcopolo, en el que entrarán en funcionamiento tres autobuses que utilizan hidrógeno a partir de etanol producido por la propia universidad. “El potencial, en el futuro, podría llevar al sector del transporte a una intensidad de carbono negativa”, cree Lopes.

Experiencias avanzadas también se demuestran a través del Centro de Tecnologías del Hidrógeno del Parque Tecnológico de Itaipú (PTI).

El sitio lleva más de 10 años funcionando con el objetivo de posicionar el combustible como un vector energético eficiente. “Queremos hacer que el hidrógeno sea más sostenible y avanzar en proyectos para alcanzar la autosuficiencia”, afirma Daniel Cantene, director del centro.

Con una planta de hidrógeno experimental y un laboratorio de desarrollo, uno de los proyectos del centro estudia el almacenamiento de hidrógeno en estado sólido en un transportador. El acuerdo permite, por ejemplo, suministrar energía renovable a lugares aislados para diversas aplicaciones, desde electricidad doméstica hasta movilidad. (INFORME Y FOTOS: TEXTO FINAL).