El Mustang de Siemens fue “casi autónomo” en Goodwood
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Diversos medios especializados han venido reseñando de diferentes formas la exhibición desarrollada por la empresa alemana de tecnología y telecomunicaciones Siemens en la 25ª edición del “Festival de la Velocidad” desarrollada el pasado fin de semana en Goodwood, Gran Bretaña, donde presentó un interesante prototipo de automóvil de conducción autónoma.
El prototipo fue desarrollado a partir de un Ford Mustang cupé de 1965, que fue equipado con diferentes sistemas a fin de que pudiera moverse sin necesidad de conductor, pero conservó el tren de mando tradicional. Este trabajo fue hecho con apoyo de estudiantes de la Universidad de Cranfield, en Gran Bretaña.
El objetivo de la muestra era lograr que el cupé cubriera los 1.8 kilómetros que mide el recorrido hasta la cima de la colina de Goodwood sin intervención humana y sin pasajeros a bordo. Estaba previsto que el carro intentara el recorrido en cada uno de los cuatro días que duró el evento, pero la muestra no careció de eventualidades.
Los ingenieros de Siemens descubrieron en el sitio que los árboles que flanquean el circuito – y característicos de la zona de Goodwood – estaban creando graves interferencias en las señales digitales que debían guiar al vehículo. Sin embargo los promotores de la muestra insistieron en que el carro debía moverse de manera autónoma y no a control remoto, aún cuando era posible hacer esto último.
Los desarrolladores del proyecto eligieron restaurar una unidad Mustang a efectos publicitarios, pero ello les obligó a enfrentarse a fallas inherentes a la edad del carro en sí, como la del sistema de dirección hidráulica. Varios medios reseñaron que el sistema autónomo que debía mover el volante funcionó adecuadamente, pero el sistema de dirección original del carro no respondió como se esperaba.
Al plantear el desarrollo, se previó que el carro se moviera en zigzag para dar dinamismo a la muestra, pero eso en la práctica generó la sensación de que el carro se movía de manera errática y las personas asistentes pensaron que era un defecto y no un efecto pretendido.
Luego de un primer intento fallido en el cual el Mustang zigzagueó a lo largo del recorrido chocando erráticamente con las balas de paja colocadas al derredor, algunos presentes se burlaron diciendo que “el caballo parece estar borracho”.
“A veces la dirección estaba demasiado asistida y otras veces no tanto…”, explicó un periodista al describir el recorrido.
A fin de evitar que los defectos en el sistema de dirección del Mustang obligaran a éste a volver a chocar contra las balas de paja, o le hicieran ver errático en su movimiento, Siemens hizo que los recorridos se realizaran con personas dentro del carro, bien sea personal de la empresa o invitados especiales. El ingeniero de la empresa que se situó al volante se encargó de hacer correcciones al volante, cuando éste parecía llevar al carro muy cerca de los límites de paja.
Otros medios reseñaron que el carro “se movía lentamente” pero en realidad fue un efecto plenamente pretendido por Siemens, que limitó la velocidad del Mustang a solo 5 km/h a fin de evitar riesgos innecesarios al desarrollar un evento tan experimental como éste. (Flash del Motor).