El TransChaco Rally, que este año celebra sus 50 años de vida, que no la pudo hacer en el 2021 es la mayor pasión nacional de la disciplina deportiva motor de Paraguay.
Ahora, la prueba llega en julio y se desarrollará su cuadragésima séptima edición, que no se pudo hacer en el 2020 y tampoco en el 2021 por la maldita pandemia del Covid.
Su largo historial presenta variadas facetas como las que hoy nos ocupa en esta crónica, que se debe consumir de principio a fin, de manera a conocer a los protagonistas de una familia que dejo su marca y que será muy difícil de igualar con el paso del tiempo.
El nacimiento de la prueba se dio en el año 1971 como una simple aventura, como para reprisar las dificultades que vivieron los miles soldados de este país en la contienda bélica de 1932 a 1935 con sus pares de Bolivia, que quisieron adueñarse del Chaco Paraguayo.
La región Occidental o Chaco era hasta esa década del 70 un gran pedazo de suelo con un bajo desarrollo y conocido como “El Infierno Verde”, que siempre se la igualó como escenario de una carrera con el Safary Rally de Kenia.
Con el slogan de vencer al “Infierno Verde” se inició el desafío automovilístico, que reunió a competidores que poco conocían de un rally de este tipo y que venían de pruebas en la región Oriental en donde se imponía las carreras de regularidad y algunas competencias pisteras, sólo en trazados callejeros.
Además, los autos no eran de carreras, sino de calle preparadas para el desafío con el ingenio de manos paraguayas a la que luego no tardaron en sumarse ya máquinas nacidas para competir y que posicionaron y ubican actualmente a este país como el dueño de la primera posición de tener el más valioso y admirado parque motor de Sudamérica.
La prueba se inició y finalizó en Asunción. Nadie se imaginaba que allí se daba el nacimiento de una tradición y una pasión que hasta hoy en día no tiene límites, a tal punto de convertirse en la más veterana de las pruebas de su tipo en Sudamérica y con una atracción incomparable.
DE UNA AVENTURA A UNA TRADICIÓN
Desde el arranque de esa prueba, la disciplina se ha convertido en la prueba motor de mayor resonancia de este país, en donde sólo se respira rally y casi no de otro tipo de manifestaciones del mundo motor.
Su desarrollo ha calado profundamente en la supervivencia de sus primeros cultores, cuyos apellidos sobreviven con el paso de los años.
Tres competidores hasta el año 2015 mantuvieron su asistencia permanente en sus 43 citas, el popular “Negro” Héctor Omar Risso, Gerardo Planas y Germán Russo.
Sin embargo, Russo que ya ha dejado la faz de la tierra superó la cifra y corrió las pruebas 44 y 45.
Los dos primeros, fueron ganadores de sus categorías y de generales en más de una oportunidad y el tercero siempre estuvo en las clases menores, de donde siempre es casi imposible llegar a la cima.
Estos apellidos se consagraron en la gran historia chaqueña y a ella se unen otros como la de los Calvo, Galanti, Molinas, Penner, Domínguez, Masi, Arias, Galeano, Ortega y Nunes, por citar a algunos que perduran pese al paso del tiempo.
Muchas son las historias en torno a los ganadores de las primeras ediciones que nos presentaban dos ganadores, una de cada categoría habilitada hasta el año 1975 y ya luego a los vencedores absolutos desde el año 1976 hasta nuestros días.
UNA FAMILIA QUE ROMPE VARIAS RECORDS
Al hablar del Chaco y observar las estadísticas hay una familia que sumó 7 generales absolutas y cosechó 15 conquistas en las pruebas de clasificación, que es el punto de partida de cada edición desde su tercera edición, en 1973. Nos referimos a los Galanti, la familia liderada por Marco Tati Galanti a quien le dieron continuidad sus hijos Marco Darío y Alejandro, a quienes ya también ahora se ha sumado el nieto del principal progenitor, el joven Fabrizio, hijo de Marco Darío o más popularmente conocido como Marquito.
La historia de este apellido de origen italiano y que vino de la vecina Argentina tuvo su partida con Tati, ganador en dos oportunidades de la máxima cita del motor nacional. La primera con Mario Monges, en el año 1981 con un Ford Escort RS 2000, preparado en Inglaterra y asistido por el sudafricano George Botha dentro de equipo oficial Tape Ruvicha y la segunda en 1991 con Oscar Ramírez, con una Toyota GT Four, ya con la asistencia del equipo más ganador del Chaco, el Team Toyotoshi, ahora conocido como el Toyota Gazoo Racing Paraguay.
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Tati, tras estos dos espectaculares triunfos relego la posta a sus hijos, primero a Marco Darío y luego con la mayoría de la edad cumplida en Alejandro.
Marquito, no tardó en mostrarse como uno de los mejores pilotos del automovilismo paraguayo, ganando quizás la mayor cantidad de pruebas a nivel local y tener algunas salidas al exterior en donde también dejó muy en alto la buena madera nacional en materia de pilotos, en Suecia y el Safari Rally, por ejemplo.
Este segundo Galanti, también dejó su marca y su sello en 1996 junto a Carlos Zarca con un Toyota Celica Turbo 4WD.
ALEJANDRO EL GRANDE, EL TERCER GALANTI
Luego, tras un paso al costado de Marquito, que nunca fue definitivo, el apellido no perdió su continuidad con el ingreso al ruedo de Alejandro, el menor de esta familia, muy consustanciada con los triunfos y con la marca nipona Toyota.
El popular Ale, tampoco tardo en sacar sus uñas y en el año 2005 con Marcelo Toyotoshi, con el Toyota Corolla WRC logró su primer triunfo y luego sumó otras tres generales absolutas. En el 2010, de nuevo con Marcelo Toyotoshi, con el viejo y eficiente Toyota Celica; en el 2015 con Gustavo Scheid con el Toyota Corolla Súper 2000 y en el 2019, de vuelta con Toyotoshi con el Toyota Etios R5.
Las cuatro absolutas de Alejandro, los dos de papá Tati y la de Marquito no hacen que superar la media docena de triunfos de este apellido, el más consustanciado con los éxitos en el Chaco y a nivel Nacional.
Las 7 conquistas, seis de las cuales fueron con Toyota representan casi un tercio de los logros de la marca nipona, que lleva sumada 20 conquistas en el Chaco, casi la mitad del historial de la carrera.
Tanto Marco Darío como Ale, siguen en carrera y pueden aún sumar más logros y a ellos ya también se ha sumado ahora una sangre nueva y prometedora como Fabrizio.
TAMBIÉN TIENEN SU HISTORIA EN EL AUTÓDROMO
Los Galanti, no sólo hicieron historia en el siempre complicado suelo chaqueño, en donde entre los meses septiembre o de octubre se escribe la historia de esta pasión sin límite y que ahora cambia de mes.
En el autódromo Aratirí (hoy Rubén Dumot), que recibió las pruebas de clasificación de la máxima cita automovilística guaraní desde el año 1973 y que hoy en día lleva el nombre de uno de los grandes impulsores de la prueba chaqueña, Víctor Rubén Dumot, también los Galanti llevan la delantera.
Todo comenzó con Tati, quien en el año 1990 con un Toyota GT Four se hizo del triunfo o de acceder a la pole position para iniciar la prueba de ese año.
Tras esa primera cosecha de los Galanti, la gran historia estuvo a cargo de Marco Darío, quien se hizo de las conquistas de los años 1995, 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000. Nada más y nada menos que seis logros consecutivos. Los 3 primeros con el Toyota Celica ST185 y los demás con el Toyota Celica WRC.
Pero los éxitos de Marco Darío no pararon allí. Tras quedar relegado en el 2001 por su compañero de equipo, José Carlos Grillón volvió en los años 2002 y 2003, de vuelta con el Corolla WRC, para sumar 8 poles, solo igualada hasta ahora por Gustavo Saba.
ALEJANDRO TAMPOCO NO DEFRAUDO EL APELLIDO
Tras Marquito, se inició la era de Alejandro con el mismo Corolla WRC, que sumó los triunfos de los años 2004, 2006, 2007 y 2008.
Pero tampoco sus cosechas pararon allí, tras un 2009 sin ser primero volvió a la cima en el 2010 y 2012 con el viejo Celica ST185.
Seis son sus logros, que sumados a los 8 de Marco Darío y 1 de papá Tati dan una suma de 15 victorias clasificatorias, una cifra difícil de igualar.
Marquito y Alejandro siguen en carrera y esperan que este año se dé la cuadragésima séptima edición chaqueña en sus 50 años de vida para seguir sumando conquistas. Experiencia la tienen de sobra, como ya la demostraron en el año 2019 cuando hicieron un resonante uno-dos de los Toyota Etios R5, desarrollados en Paraguay en la cuadragésima sexta edición chaqueña.
Otro protagonista que suma logros importantes en su carrera en las pruebas del autódromo es en el rubro de los copilotos, siendo el más ganador Marcelo Toyotoshi con tiene 7 conquistas y es seguido por Carlos Zarca con 4.
A ellos ya también se sumó en el equipo del Toyota Gazoo Racing Paraguay la figura de Fabrizio Galanti, el nieto de Tati e hijo de Marco Darío.
Valga esta crónica para recordar el apellido más consustanciado con los éxitos en el automovilismo deportivo guaraní, que espera este año 2022 el desarrollo de una nueva edición chaqueña, la cuadragésima séptima que se ausentó en el 2020 y 2021 a raíz de la maldita pandemia del Covid-19.
Los Galanti tienen su historia, como la gran historia del TransChaco Rally que se seguirá de vuelta escribiendo desde este año con su regreso tras dos años de ausencia en el calendario.