Hace 30 años Seat presentó una importante innovación…
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En 1988 la automotriz española Seat (siglas de Sociedad Española de Automóviles de Turismo), actualmente perteneciente a la trasnacional alemana Grupo VW, propuso a sus clientes un importante hito de mercado al lanzar la versión SXi del utilitario subcompacto Ibiza.
El Seat Ibiza SXi prosiguió la zaga “deportiva” iniciada por la empresa española al ensamblar en los años ’70 los Seat 124 Coupé con motores de 1.600 y 1.800 cc, y poco después prolongada por el inédito cupé Seat 1430.
La gran novedad del nuevo modelo fue, por un lado, introducir a Seat por vez primera en el mercado particular de los “hot hatch” creado por el Volkswagen Golf GTi en 1974 y, por otro, proponer por vez primera en un producto de esta marca un sistema de inyección de combustible.
El corazón del Ibiza SXi fue su motor de 1.5 litros de desplazamiento, derivado de los bloques de inspiración Fiat que por tantos años y en diversos tamaños Seat había usado en sus productos. Al instalarlo en el Ibiza, la empresa le añadió importantes modificaciones que representaron un salto generacional al cual se le bautizó comercialmente “Sygma”.
Entre las modificaciones más importantes recibidas por los motores Seat de tipo Sygma se encontró el desarrollo del sistema de admisión encargado a la empresa automotriz alemana Porsche, denominado “System Porsche” y que contemplaba en algún momento reemplazar la admisión por carburación con un sistema de inyección Bosch LE-2, tal como comenzó a ocurrir en el Seat Ibiza SXi.
El primer intento de usar en uno de sus autos un sistema de inyección había sido realizado por Seat dos años antes, en 1986, al preparar un ejemplar único de Ibiza con equipo especial e inédito a solicitud del Rey Juan Carlos de España, quien lo adquirió como regalo para el entonces Príncipe Felipe, que cumplía 18 años. Aquel ejemplar único – que ahora pertenece al museo de la marca – fue en cierto modo un precursor.
Al aparecer en el mercado en 1988, el Ibiza SXi ofrecía una potencia nada despreciable sobre los 100HP que, en un carro bastante ligero, le permitía llegar a 185kmh. También ofrecía pocos pero certeros cambios estéticos que – sobre la línea de carrocería concebida por Giorgetto Giugiaro – le daban una personalidad inconfundible.
El Seat Ibiza SXi fue todo un éxito. No solo se vendió muy bien, sino que ofreció al mercado del automóvil una señal verdaderamente poderosa sobre el futuro de la empresa barcelonesa, que pocos años antes estaba a un paso de la quiebra y acababa de romper (1981) el famoso acuerdo comercial-industrial con Fiat que le había dado vida.
El subcompacto Ibiza, al aparecer en 1984, fue el tercer producto creado por Seat tras separarse de Fiat (después del Ronda y el Málaga), pero seguramente fue el más importante de todos al demostrar que efectivamente Seat podía seguir adelante y desarrollar una personalidad técnica y empresarial completamente propia.
La versión SXi del Ibiza demostró que esa nueva visión podía ser todo lo vanguardista que se necesitara para competir en el contexto europeo. Ya entonces la otrora renqueante empresa se había convertido en una apetitosa oportunidad de negocios para el Grupo VW, que la adquirió sin anexársela, es decir, permitiendo que siguiese desarrollándose en forma independiente, como hasta el día de hoy.
El SXi fue remozado 3 años después de su aparición, recibiendo un motor de 1.7 litros. Luego fue reemplazado (ya en la segunda generación de Ibiza, en 1993) por una visión más ambiciosa, denominada Cupra, cuya receptividad comercial y mediática le llevó a desarrollarse hasta abarcar todo el portafolio de la empresa y, desde hace algo más de un año, convertirse en una atractiva submarca. (Flash del Motor).