Hace 36 años Gilles Villeneuve se volvió leyenda…
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El pasado martes 8 de mayo los aficionados del mundo hicieron un alto para recordar que tal día como ese, en 1982, el piloto canadiense Gilles Villeneuve sufría su accidente mortal al faltar 8 minutos para culminar la sesión de calificación al Gran Premio de Bélgica, en Zolder.
Villeneuve, que tenía 34 años en el momento de aquel desenlace fatal, competía para Ferrari y fue el último piloto que encontró la muerte en pista con el equipo italiano.
Nacido en Quebec, Villeneuve no venía de una familia opulenta y vivía en una casa rodante mientras trataba de abrirse paso en el mundo de la velocidad, primero como Campeón del Mundo de Moto Skí y luego en Fórmula Atlantic, donde compartió pista en 1977 con el Campeón en título de Fórmula 1, James Hunt, quien lo recomendó a McLaren.
El debut de Villeneuve en el GP de Gran Bretaña 1977 fue notorio y Ferrari se lo llevó para cubrir la baja de Niki Lauda por las últimas dos carreras de la temporada.
Tras un aprendizaje intenso y lleno de averías, accidentes y percances, Villeneuve conquistó su primer triunfo en el GP de Canadá. En 1979 fue factor fundamental en la conquista del Campeonato por parte de Ferrari y Jody Scheckter, siendo Subcampeón y en 1980 tuvo una involución a causa del rendimiento del carro.
En 1981 fue el primer piloto capaz de imponer un carro turbo en Montecarlo y repitió la hazaña en España. En 1982, Villeneuve era candidato al título, pero tuvo un pobre inicio de temporada. Los eventos del GP de San Marino le indispusieron con su compañero y hasta entonces amigo, Didier Pironi, encontrando la muerte mientras intentaba mejorar los cronos del galo en un arrebato de rabia.
Desde inicios de esta semana, las principales publicaciones del mundo hicieron mención a Gilles Villeneuve y los aficionados le recordaron en redes sociales. Próximamente, en los días del Gran Premio de Montecarlo, será subastado su automóvil personal, un cupé Ferrari 308GTB de 1978.
En el Autódromo de Zolder, Bélgica, sigue estando el monumento que se le erigió en su memoria con uno de sus cascos y varios aficionados se acercaron allí a dejar ofrendas florales y tomarse fotos.
El hijo de Villeneuve, Jacques, ganó el título en 1997 y en aquella ocasión dijo sobre su padre:
“Gilles dejó una huella imborrable en la historia de las carreras y estoy muy orgulloso de esa herencia”. (Flash del Motor).