Hace 39 años Renault logró la primera victoria “turbo” en F-1
Recibí las noticias en tu celular: Canal de WhatsApp Motorpy
El domingo se cumplieron 39 años desde que el 1º de julio de 1979 se realizó una de las carreras más emblemáticas del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, la edición 1979 del Gran Premio de Francia de F-1, una carrera todavía recordada por su duelo deportivo, pero importantísima en la historia del automóvil y en la de su industria.
Desde un punto de vista técnico e histórico, el Grand Prix francés de 1979 debe ser recordado por recibir el primer triunfo del equipo oficial Renault en una carrera Fórmula 1 a un año de haber logrado los franceses vencer la emblemática carrera de resistencia de “24 Horas en Le Mans”.
Que una empresa trasnacional como Renault haya logrado una victoria en F-1 debe entenderse ya de por sí como un hito histórico porque todavía entonces no era para nada habitual que un fabricante de autos se involucrara directamente en un nivel tan alto de la competición, salvo las excepciones protagonizadas por Alfa Romeo y Mercedes-Benz en los años ’50. Pero la victoria también fue toda una revolución técnica, porque fue la primera de un motor con sobrealimentación por turbo compresor lograda en la categoría reina.
Para la industria automotriz los triunfos de Renault en Le Mans y en Paul Ricard significó el ingreso definitivo del turbo en la ecuación técnica, ya hablando directamente de las implicaciones tecnológicas para los carros de serie.
Si no fuera poco la afirmación de un motor turbo, el Paul Ricard en 1979 también recibió la primera victoria de un caucho de tipo radial, gracias a los avances de Michelin. Otro hito importantísimo en la historia del automóvil y de la industria.
Para quienes insisten en afirmar que las carreras actuales de F-1 son aburridas en comparación con las de otros tiempos y para quienes insisten en ver dentro de las historias fantásticas de cierta prensa una realidad que nunca existió, vale recordar que esa carrera de 1979 no fue menos “aburrida” que las actuales. El Renault Turbo tripulado por el parisino Jean-Pierre Jabouille tomó la punta tras arrancar desde la pole position y se mantuvo allí sin problemas luego de tomar cierta ventaja.
El gran animador de esa carrera no fue Jabouille, sino otro francés, también piloto de Renault. René Arnoux no pudo largar tan correctamente como Jabouille al tener que arrancar desde el lado sucio de la pista y cayó al noveno puesto. A partir de allí el piloto emprendió una concienzuda remontada que debió haberle colocado detrás de Jabouille para así multiplicar por dos el valor de la hazaña técnica y deportiva conquistada por Renault ese día. Sin embargo nadie contaba con la oposición del canadiense Gilles Villeneuve, quien tras ser alcanzado y superado por Arnoux a falta de tres vueltas para el final ofreció una seria e inesperada resistencia.
El duelo entre Arnoux y Villeneuve por el segundo puesto del GP de Francia 1979 ahora es considerado uno de los más emocionantes de la historia de las carreras. Esas tres vueltas son ciertamente de lo mejor que ha dado el deporte a motor, pero esa fue la única fase realmente emocionante de una carrera que por lo demás fue tan predecible y lineal como la mayoría de los Grand Prix de Fórmula 1 desde que la categoría nació en 1950.
Sea por el magnífico duelo Arnoux-Villeneuve, sea por la imperial actuación de Jabouille, sea por tratarse de la primera afirmación del turbo en F-1 luego de que Renault logró afirmar por vez primera el turbo en una carrera de larga duración en Le Mans, sea por el logro de los cauchos radiales, o sea por el impacto que generaron los veloces turbo autos de Renault al acelerar a fondo en la larga recta del Mistral, la prueba de 1979 no solo quedará en los anales como uno de los Grand Prix de Francia más importantes, sino como una de las carreras más influyentes de la historia. (Flash del Motor).