La crisis de los semiconductores creó un semimercado

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Producción por debajo de la demanda tiene precios elitistas y limita el tamaño del mercado brasileño, según el analista Pedro Kutney (*) del Observatorio Automotriz, en una publicación para Auto Industria.

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Los paros en la producción provocados por la escasez de semiconductores -y otros insumos afectados por la desorganización de la cadena de suministro mundial tras la pandemia de covid-19- suman ya más de 500.000 vehículos perdidos, desde 2021 hasta mayo pasado, según la propia empresa. Cálculos Asociación de fabricantes, Anfavea.

El problema profundizó una estrategia que ya se había percibido en el mercado brasileño: el foco en vender productos más caros y rentables. Esto creó una especie de semimercado, un corralito de élite para los compradores, por debajo del potencial del país.

Este movimiento ya era tendencia incluso antes de la pandemia, pero se ha agudizado a niveles nunca antes vistos. Ante la falta de componentes y la producción por debajo de la demanda, los fabricantes dirigieron los chips que pudieron para producir los modelos más caros, que reportan más ganancias –y que se han encarecido aún más tras los constantes ajustes de precios motivados por los aumentos acelerados de costos y de inflación.

PRECIO MEDIO EN ALTURAS, AHORA BAJA

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La estrategia hizo que los pocos autos por debajo de R$ 70.000 que aún quedan en las carteras de los fabricantes desaparezcan de los concesionarios, e incluso estos ya son demasiado caros para la mayoría de los consumidores brasileños. El precio medio de venta de un automóvil en Brasil saltó casi un 30% de 2020 a 2021, cerrando el año pasado en R$ 112 mil, según seguimiento de Jato Dynamics. En marzo de este año el valor alcanzó un pico de casi R$ 134 mil.

Sin embargo, la misma encuesta de Jato sugiere que esta estrategia está llegando a un punto de saturación. Después del pico de marzo, en abril el ticket medio empezó a caer, a casi 131 mil al final de ese mes y bajó un poco más, a R$ 130 mil, en mayo.

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Sí, los precios de los automóviles todavía están por las nubes, pero el valor de venta promedio ha bajado por primera vez en tres años.
“Este movimiento aún debe confirmarse, pero aparentemente hay un aumento en la oferta y venta de versiones más económicas de los autos más demandados, lo que tira hacia abajo el promedio”, evalúa Milad Kalume Neto, director de Jato.

CAÍDA DE INGRESOS Y VENTAS DIRECTAS

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Entre las posibilidades que se vislumbran en el horizonte, la caída de la renta, restada por la inflación y los altos tipos de interés, también puede estar empezando a afectar a parte de los sectores más pudientes de la población, provocando que disminuyan las compras de coches más caros. O, incluso, esta misma clase de altos ingresos ya compró suficientes autos en el movimiento que se conoció como “consumo de celebración” pospandemia.

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Es posible que este semimercado se haya saturado y compartido con otras posibilidades de gasto que se abrieron, como los viajes internacionales que se habían visto muy limitados con el covid-19.

Hay otro indicio de que el mercado se dirige hacia una reducción de las ventas minoristas, con saturación de compras de mayor valor, y un aumento de las ventas directas a propietarios de flotas, como las empresas de alquiler, que dicen tener demanda para comprar unos 700 mil vehículos para renovar sus flotas, con productos de menor valor.SEMI4

Con la disminución de la demanda de los consumidores en los concesionarios, los fabricantes de vehículos han comenzado a cumplir con los pedidos atrasados de las empresas de alquiler, que también han aumentado su negocio de alquiler a largo plazo con planes de suscripción de vehículos. La inversión de las ventas a favor de los propietarios de flotas ya se observa en los últimos dos meses, precisamente en el período en que se registró una caída en el precio promedio de venta.

En mayo, las ventas directas correspondieron al 48% de las matriculaciones del mes, equivalente a 83,9 mil autos y vehículos comerciales livianos, volumen que representa un crecimiento de 6,3% frente a mayo de 2021. 90.900 unidades, fue 5,7% inferior a las compras realizadas en concesionarios en el mismo mes del año pasado.

En el acumulado de enero a mayo, las ventas directas pesan seis puntos porcentuales menos, 42%, equivalente a 288 mil autos y utilitarios, 20% menos que en igual período de 2021, mientras que las compras minoristas sumaron 398 mil unidades, 58% del total de matriculaciones, y cayó menos, el 16,6% en la comparación anual.

CAMBIO DE PERFIL

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Este balance indica un cambio en el perfil del mercado, donde finalmente el adverso escenario económico para el consumo empieza a hacer más efecto que la falta de semiconductores que mantuvo la oferta por debajo de la demanda durante más de un año.

Con tantas distorsiones y eventos adversos, es difícil saber cuál es, de hecho, el tamaño real del mercado brasileño de vehículos, que apenas debería superar los 2,1 millones de matrículas este año. Pero una cosa es cierta: podría ser muy superior a eso, hasta el doble, cuando y si la renta de la población vuelve a crecer y los precios vuelven a niveles más compatibles con esa renta, lo que parece improbable en el corto y medio plazo.

(*) Pedro Kutney es periodista especializado en economía, finanzas y automoción. Es autor de la columna Observatório Automotivo, especializada en la cobertura del sector automotor. Durante más de 35 años en la profesión, fue editor del portal Automotive Business, editor de la revista Automotive News Brasil y de la Agencia AutoData. Fue editor adjunto de finanzas del diario Valor Econômico, reportero y redactor de las revistas Automóvel & Requinte, Quatro Rodas y Náutica.

 

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