Las exportaciones de vehículos de Brasil también pierden el aliento
Los envíos en julio totalizaron 23,800 unidades, el peor resultado mensual en 2021, según Auto Industria.
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La escasez de semiconductores y componentes ha obstaculizado no solo la oferta del mercado interno, sino también las exportaciones de vehículos brasileños. En julio, los envíos se limitaron a solo 23.800 unidades. Es el peor resultado mensual del sector en 2021, que venía registrando, en promedio, 33 mil vehículos exportados cada mes.
El ritmo de producción y exportaciones cayó drásticamente a partir de junio, con el aumento de paros en las líneas de montaje de varias automotrices. En ese mes, Brasil había exportado 33.500 automóviles, camiones y autobuses. En mayo, incluso más: 37.000 se fueron al extranjero.
El volumen comercializado en otros países el mes pasado fue incluso menor que los envíos registrados en julio de 2020, que superaron las 29 mil unidades. En ese momento, las medidas de contención tomadas para combatir la proliferación del coronavirus aún afectaban la movilidad social y, por supuesto, la producción industrial.
A pesar de la caída en los últimos dos meses, la industria brasileña registra un vigoroso crecimiento de las exportaciones después de los primeros siete meses de 2021. Las 223,9 mil unidades representan un aumento del 50,7% sobre los 148,6 mil vehículos despachados en el mismo período de 2020.
Pero la comparación con el resultado de los primeros siete meses de 2019, cuando 269,4 mil unidades pasaron por los puertos, muestra las dificultades actuales. “Hay que recordar siempre la base de la comparación”, subraya Luiz Carlos Moraes, presidente de Anfavea, en referencia a la baja actividad económica en el segundo trimestre de 2020, tras el estallido de la pandemia.
Ahora, las mayores dificultades del sector, confirma el líder, es la falta de productos terminados. Los principales mercados exteriores de vehículos brasileños continúan recuperándose y demandando vehículos. Prueba de ello fueron los 1.800 camiones despachados el mes pasado, la cifra más alta desde julio de 2018.
Los ensambladores de camiones, debido a los volúmenes de producción naturalmente más bajos que los fabricantes de automóviles, encuentran más fácil igualar sus líneas y producción con la falta de componentes.
“Estamos a un ritmo que todavía es adecuado. Incluso podría ser un poco mejor, si tuviéramos condiciones competitivas igualmente mejores”, dice Marco Saltini, vicepresidente de la entidad que aglutina a los fabricantes de automóviles.
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