Pintura bitono: El espíritu pionero y las combinaciones llamativas que dan a Citroën su rostro y sus colores hasta el día de hoy
Proceso complejo requiere la aplicación de técnicas específicas para el aseguramiento de la calidad. En los años 30, el modelo Rosalie ya contaba con la combinación de dos colores en la carrocería.
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Nicolas Poussin, pintor clasicista francés del siglo XVII, decía que “los colores en la pintura son como señuelos que seducen la mirada, como la belleza de los versos en la poesía”, presente en toda la gama de turismos de la marca. por ejemplo, es el único en el segmento que ofrece dos colores de techo, pero esta historia, y tendencia, comenzó hace mucho tiempo.
El Citroën Rosalie, producido entre 1932 y 1938, ya contaba con la combinación de dos colores de carrocería. Dos décadas después, el modelo que se convertiría en un segmento de lujo, el DS, lanzaba los primeros bitonos con un lenguaje similar al que conocemos hoy: un color en la carrocería y otro en el techo.
Lanzado en 1948, el 2CV, considerado un ícono de la industria automotriz, vendió más de 3,8 millones de unidades y se produjo hasta 1990. Inevitablemente, el modelo tuvo que reinventarse en esta trayectoria y, en la década de 1970, tuvo el talento y la creatividad del pintor Serge Gevin y publicista de Citroën en ese momento, Robert Delpire, quien presentó dos decoraciones alternativas para el vehículo: una en amarillo y negro y otra en blanco con un tono naranja denominada Orange Ténéré. Y así apareció el 2CV Spot en 1976.
Lo que iba a ser una edición limitada de 1.800 unidades acabó enamorando al público, especialmente a los más jóvenes. Gevin y Delpire decidieron entonces seguir con la opción bitono, lanzando el 2CV Charleston, en 1981, y el 2CV Dolly, en 1985. El éxito fue tan grande que, en la publicidad del año/modelo 1986 del vehículo, lo más destacado no fueron los atributos tecnológicos sino los colores: “Otros abren las fronteras de la tecnología. Abrimos pintura”. (“Otros abren las fronteras de la tecnología. Nosotros abrimos la pintura”, en portugués).
Desde entonces, Citroën ha traído varios modelos bitono y aplicaciones para atraer al consumidor, ya sea con colores vibrantes, como es el caso del Emerald, utilizado en series especiales como el C4 RipCurl, o con tonos neutros como el blanco y el negro. utilizado en la línea de modelos, como el Nuevo C3.
INFLUENCIA EN LA PERCEPCIÓN DEL CONSUMO
Lo que parece un detalle es en realidad la personalidad de la marca y el estilo del vehículo. La elección del color puede resaltar u ocultar ciertas partes del automóvil, definir su forma y proporción, acentuar o suavizar sus líneas y afectar la percepción de velocidad y dinamismo.
El color elegido también puede afectar cómo se percibe el vehículo. Los colores más claros como el blanco y el plateado tienden a ser más visibles y pueden considerarse populares. Los colores más oscuros, como el negro, el grafito y el azul oscuro, pueden transmitir elegancia y sofisticación. Los colores vibrantes y brillantes como los amarillos, rojos y naranjas pueden llamar la atención y se encuentran mejor en modelos con un atractivo deportivo.
Dentro del vehículo, los colores elegidos también tienen el potencial de afectar la percepción de su tamaño y espacio. Los tonos claros, por ejemplo, pueden contribuir a la percepción de un vehículo más grande y espacioso, mientras que los tonos oscuros tienden a transmitir una sensación de calidez, pero que también impactan en la percepción de un interior más pequeño.
PROCESO COMPLEJO
A lo largo de los años, las técnicas para aplicar la pintura de dos tonos evolucionaron naturalmente, pero eso no las hizo menos desafiantes o menos detalladas. Hasta el día de hoy, uno de los principales obstáculos es adaptarse a las exigencias del estilo y los detalles específicos de cada modelo. Por ser un proceso muy complejo, es necesario aplicar rigurosos controles para garantizar la máxima calidad.
Por lo general, el vehículo deja la primera línea de pintura con la carrocería en un solo color y luego recibe un nuevo tono en algunas partes, según el modelo: en algunos casos, solo el techo, y en otros, las zonas del baúl y las columnas.
Para que este proceso sea exitoso, el vehículo pintado recibe protección en las partes que mantendrán el color principal y regresa a la cabina para recibir el segundo tono. Luego vuelve a pasar por los rigurosos controles de calidad de Citroën, y solo entonces pasa a la línea de montaje.
Una curiosidad es que, además de que el mantenimiento y cuidado con este tipo de pintura es el mismo que el de un vehículo con un solo color, en el caso de los modelos con techo blanco, la absorción de calor es menor, ayudando en cierto modo , en el mantenimiento de la temperatura interna.
Es todo este cuerpo de trabajo el que confiere la belleza y el estilo distintivo de una marca que está en constante evolución en términos de tecnología y diseño.
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