Power interpretó mejor que nadie las “500 Millas de Indy”

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En una jornada climáticamente idílica y en una carrera sin particulares incidencias, el piloto australiano Will Power y su equipo hicieron validar su experiencia, calculando adecuadamente la relación entre rendimiento del carro, rendimiento de las ruedas y consumo de combustibles para ganar categóricamente la 102ª edición de la competencia “500 Millas de Indianápolis”, prueba reina del Campeonato norteamericano de monoplazas IndyCar.

Luego de largar desde el tercer lugar, Power aplicó al pie de la letra el manual tácito que establece de qué modo debe trabajar un piloto y un equipo que aspiren a ganar las “500 Millas”. Así, Power intentó cubrir la distancia entre los primeros sin forzar su material inútilmente y determinar el momento exacto para hacer su último reposte, anticipando claramente a sus rivales Ed Carpenter (Ed Carpenter Team), Scott Dixon (Ganassi) y Alex Rossi (Andretti), para arrebatar el comando de la prueba a un grupo de volantes encabezados por el español Oriol Serviá, Jack Harvey o Zachary Claman, quienes hicieron carreras menos calculadas y apostaron por tratar de quedarse en pista el mayor tiempo posible estirando al máximo sus ruedas y combustible, fallando el cálculo por tres vueltas, se dosificaron y guardaron sus energías para el momento en que éstas podían hacer realmente la diferencia.

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Power atacaba a los dos pilotos punteros a falta de tres vueltas para el final y heredó el liderazgo cuando éstos tuvieron que parar en box a repostar, venciendo con un cómodo margen de 3.1” sobre Carpenter y de 4.5” sobre Dixon, quien le siguió incansablemente durante la fase final de la carrera hasta perder contacto a falta de 13 giros, cuando salió a pista el Safety Car a retirar los restos del carro del brasileño Tony Kanaan, quien colisionó aparatosamente.

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Rossi, ganador de la prueba en su debut en el 2016 ésta vez se quedó con el cuarto lugar a 5.2” del ganador y como mejor piloto del equipo Andretti, quien bajo la normativa aerodinámica aplicada este año por la categoría no pudo mantener el rol hegemónico de anteriores ediciones.

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Otro auto del equipo Andretti, tripulado por el local Ryan Hunter-Reay quedó quinto a 6-7” del ganador y con medio segundo de margen sobre el Penske del francés Simon Pagenaud.

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De los 33 autos que largaron, 23 terminaron la competencia y entre los retirados se contabilizaron bajas dolorosas como las de Takuma Sato (ganador el año pasado), Danica Patrick (en su última carrera de máximo nivel en el deporte) y Helio Castroneves (que iba por su cuarto triunfo en la clásica), quienes colisionaron con el muro.

Dos pilotos colombianos, Carlos Muñoz y Gabby Chaves, tomaron parte en la prueba. Muñoz lo hizo con un auto del equipo Andretti, acabando en el séptimo puesto a 7.8” del ganador, y Chaves representó al equipo local Team Harding, consiguiendo el 14º puesto final a 15” de Power.

Para el piloto australiano de 37 años, su victoria de ayer es la primera en el óvalo del complejo Indianápolis Motor Speedway en 11 participaciones, pero ha ganado tres de las últimas 5 ediciones del Indianápolis Grand Prix, que se realiza en el trazado rutero existente dentro del mismo complejo donde está el legendario óvalo. (Informe: Flash del Motor; Fotos: Indianapolis 500).

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