Red Bull sacrificará el resultado de Toro Rosso en la F-1
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Informaciones ofrecidas el lunes pasado por la publicación alemana especializada ‘Auto Motor Und Sport’ señalan que la Organización Red Bull – propietaria de los equipos de Fórmula 1 Aston Martin Red Bull Racing y Red Bull Toro Rosso Honda – ha autorizado a la empresa Honda Racing Development a fin de hacer lo necesario para desarrollar una nueva unidad de potencia que debutaría en la temporada 2019 del Campeonato Mundial de la especialidad.
Esta licencia otorgada por la organización austríaca permitirá a Honda emplear al equipo pequeño, Toro Rosso, como plataforma de experimentación a fin de conseguir el objetivo de crear una unidad de potencia competitiva para el 2019, sin tener que preocuparse de conseguir resultados en el 2018.
“La potestad siempre será de Honda, pero están autorizados a intentar probar cualquier cosa en los motores si creen que eso puede mejorarlos…”, confirmó el asesor comercial de Red Bull, Helmut Marko.
La poca disponibilidad de hacer test privados ha hecho siempre muy complicado en Fórmula 1 el desarrollo de tecnología en forma real, por lo cual los proveedores deben recurrir casi en exclusiva al uso de bancos de potencia, simuladores y demás elementos virtuales, lo cual a su vez siempre crea el riesgo de que hayan errores en las correlaciones existentes entre los datos reales recogidos en pista y los teóricos.
Un precedente poco conocido se registró en el 2009 cuando el equipo italiano Scudería Ferrari se vio inesperadamente en la necesidad de buscar un reemplazo para Felipe Massa, al éste accidentarse gravemente en la víspera del Gran Premio húngaro. Ferrari contrató al italiano Giancarlo Fisichella, quien ya había desarrollado exitosamente los Renault con los cuales Fernando Alonso había ganado el título en el 2005 y 2006, con la misión de hacer lo mismo en las 9 carreras restantes de la temporada 2009 con Ferrari.
La prensa especializada cuestionó notablemente la aparente falta de rendimiento de Fisichella con el Ferrari en esas carreras, pero en realidad el romano lo que hacía era dar forma al monoplaza F10, que resultó ser el mejor de la temporada 2010. Infortunadamente, luego de tan notable esfuerzo logístico y pese a la superioridad técnica del carro, Alonso no pudo ganar un título mundial que gracias a la iniciativa de Fisichella y Ferrari estaba confeccionado a la medida de su talento.
La Organización Red Bull entró en relación con Honda a finales del año pasado y las unidades de potencia japonesas comenzaron a ser usadas en el equipo pequeño Toro Rosso desde inicios de esta temporada. Pese a los limitados recursos de Toro Rosso, la alianza otorgó a Honda en apenas dos carreras resultados mejores a los conseguidos en 3 años de asociación con McLaren. Al promediar la temporada, el rendimiento del carro y de la unidad de potencia Honda han cumplido las expectativas, pero la poca experiencia de los pilotos y la falta de fiabilidad de ciertos elementos del carro y del motor han colocado a Toro Rosso en el octavo puesto del Campeonato, una circunstancia que hace propicio enfocarse al trabajo de desarrollo técnico sin pensar en resultados, tal como Ferrari hizo con Fisichella en 2009. (Flash del Motor).