Riesgo de multas multimillonarias para fabricantes de automóviles en Europa a partir de 2021
Consultoría calcula que, si no cumple los índices de emisiones, el Grupo VW, por ejemplo, podrá desembolsar 1.883 millones de euros.
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El estudio de la consultora AlixPartners divulgado este miércoles, considera que el Grupo Volkswagen y la FCA, Fiat Chrysler Automobiles, podrán enfrentarse a multas de hasta 1.83 mil millones de euros y 746 millones de euros si no logra cumplir con los índices emisiones fijadas a Europa a partir de 2021.
La consultora calculó el valor de las sanciones basadas en los niveles de emisiones vehiculares reportados por las automotrices al cierre de 2017. Desde entonces, considera el estudio, la mayoría de los fabricantes de vehículos han logrado reducir las emisiones de CO2 principalmente a través de la oferta de vehículos eléctricos e híbridos.
La legislación europea determina que los vehículos de paseo no podrán emitir más de 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro roto hasta 2021. Por ahora, muestra el estudio, Volvo y Toyota son los únicos fabricantes que no se enfrentarían a las multas e incluso podrían vender sus productos créditos de emisiones excedentes a otros fabricantes.
La mayor multa potencial del Grupo Volkswagen se debe al hecho de que el conglomerado alemán posee algo como el 24% de las ventas en el mercado europeo, la mayor participación en la región. La empresa, sin embargo, ha dado señales de que está acelerando la electrificación en los vehículos de sus varias marcas.
De cualquier forma, el escenario para los fabricantes en Europa es de difícil resolución si no optan por vehículos eléctricos. Muchos consumidores europeos están migrando de vehículos diesel a gasolina tras el episodio de Dieselgate y, según proyecciones de la consultora, las ventas totales deben quedar estancadas en los próximos tres años, lo que dificultará también el cierre de las cuentas.
No de ahora Carlos Tavares, CEO del Grupo PSA y también presidente de Acea, la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles, manifiesta su preocupación por la capacidad de los fabricantes para atender a las futuras exigencias ambientales. Peor: no está ni siquiera convencido de que la electrificación de la flota sea la mejor solución para ello.
Todos los esfuerzos de la industria en torno a los vehículos eléctricos, afirma, son consecuencia de las decisiones y legislaciones definidas por diputados en el Parlamento Europeo y China, que quiere lidiar globalmente el desarrollo y producción de esa tecnología.
Tavares entiende que los niveles de reducción de emisiones exigidos por los países europeos y las políticas públicas específicas de grandes ciudades del continente -como la prohibición de circulación de coches movidos exclusivamente a combustibles fósiles a partir de algún momento de las próximas décadas-, obligan necesariamente a la utilización de electricidad.
“Hay, sí, una presión populista, incluso de representantes de países que no tienen industria automotriz instalada”, afirmó el dirigente en visita a Brasil el año pasado.
El ejecutivo cuestiona incluso si habrá suficiente energía para abastecer todos los vehículos que las automotrices tendrán que producir para atender -y escapar de las eventuales multas- los índices medios de eficiencia energética propuestos. (Auto Industria).