Tesla quiere extraer el nuevo “oro negro” en Sudamérica
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Diversos grupos ecologistas advierten que el uso de automóviles eléctricos con baterías de ión-litio puede generar mucha más polución que el uso de hidrocarburos debido al nivel de contaminación que generan los procesos de producción y deposición de estas baterías, pero a pesar de ello la empresa norteamericana Tesla busca desarrollar los niveles de producción de este tipo de elemento.
Las baterías de ión-litio se han convertido en la nueva esperanza de la industria automotriz debido a la posibilidad de construirlas a un costo relativamente bajo y porque ofrecen grandes ventajas en materia de durabilidad, recarga y operatividad, pero las reservas mundiales de litio son limitadas y según exponen ciertos expertos, el proceso de minería es tan contaminante como el que vincula a los hidrocarburos.
En Tesla una de las limitaciones a la hora de aumentar la producción de sus unidades Model 3, Model X y Model S es justamente su limitada capacidad de obtener litio para fabricar baterías. Ello ha llevado a los norteamericanos a visitar diversas empresas en Chile, Bolivia y Argentina, países que tienen las mayores reservas mundiales certificadas de litio y donde ya hay iniciativas industriales importantes para extraerlo y procesarlo.
Varios medios informaron que la empresa chilena SQM podría convertirse en el principal proveedor de litio para Tesla, por lo cual ha solicitado a la Corporación de Fomento de la Producción en Chile el permiso necesario para aumentar su cuota de producción. La respuesta estatal en principio no ha sido negativa, pero solicitan a cambio de suministrar materia prima, que se desarrolle en territorio chileno parte de la infraestructura necesaria para procesarla.
De concretarse los acuerdos, SQM debería entregar al Estado chileno al menos 25% de su producción total de litio, mientras Tesla tendría que comprometerse a desarrollar proyectos locales para producir baterías, que serían usadas en los productos de su portafolio, pero también en productos de otras empresas automotrices.
En los actuales momentos, la industria automotriz tiene sobrada capacidad para diseñar y producir vehículos eléctricos que usen baterías de ión-litio. El problema es que, en paralelo, no se han desarrollado métodos de extracción de litio y de producción de baterías que sean eficaces, eficientes y ambientalmente responsables, del mismo modo en que tampoco hay un suministro definido y bien estructurado de este mineral, cuyos yacimientos se concentran en muy pocos lugares del planeta, mayormente sin cultura o industria minera.
Varios expertos insisten en que “los autos eléctricos con baterías de litio no contaminan, pero el proceso de extraer litio sí tiene un potente impacto ambiental negativo, comparable o quizá superior al de extraer y procesar hidrocarburos, sin contar con el problema no solucionado que generarán las baterías que cumplan su vida útil”. (Flash del Motor).