Volvo participa en la renovación de la flota de Santiago con más de 200 autobuses

Se seguirán muchos modelos articulados para el operador chileno de transporte público Subus.
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En otra ronda de renovación de la flota de autobuses del sistema de transporte público en Santiago, Chile, Volvo ya tiene garantizada su participación con la venta de 200 chasis B8RLE articulados a Subus, un operador chileno responsable de transportar 600 mil usuarios por día. El volumen ahora negociado sigue a una entrega de 120 unidades de la marca realizadas en la segunda mitad del año pasado a la misma compañía.
“Tenemos una tradición en proporcionar autobuses y soluciones innovadoras a Chile desde el comienzo de la integración del sistema, cuando se decidió mejorar la calidad y ampliar la capacidad de transporte de la capital”, recuerda Fabiano Todeschini, presidente de Volvo Buses Latin America.
El chasis de piso bajo tiene una capacidad para 180 pasajeros, un motor trasero con tecnología Euro 6, como lo exige la legislación local, y será producido en Suecia. Los cuerpos serán manejados por la operación colombiana de Marcopolo, ubicada en Cartagena.
SISTEMA INTEGRADO DE TRANSPORTE PÚBLICO
Los autobuses operarán en la llamada RED, Red Metropolitana de Movilidad, un nombre que reemplaza al antiguo Transantiago debido al desarrollo de un nuevo modelo, que integra autobuses, trenes subterráneos y trenes con el pago de una tarifa única por un período de dos horas. Actualmente, alrededor de 6.200 autobuses pesados circulan en RED, de los cuales poco más de 2.800 tienen chasis Volvo, incluidos los de la nueva negociación con Subus, que posee 1.200 unidades de la marca. Todos los días, alrededor de 6.2 millones acceden al sistema.

Equipado con un paquete completo de características, el chasis articulado B8RLE presenta un sistema de freno de disco electrónico, suspensión electrónica, gestión de flota de Volvo (gestión de flota) e I-Coaching, un entrenador de conductores virtual en el tablero de instrumentos. Si está activado, el administrador aún puede contar con el control de velocidad automático, un dispositivo que, a través del GPS, permite programar el límite de velocidad en ciertas secciones, por ejemplo, altas tasas de accidentes, independientemente de la acción del conductor.